El llamado existe, algunos no escuchamos, otros atendemos y somos algunos los que tomamos acción, hoy recuerdo con cariño las innumerables jornadas de ayuda social, movidos por la sensación de llevarles botas a los niños que bajan los cerros para trasladarse a estudiar en días lluviosos y con mucho barro, sin duda una de las campanas mas efectivas que logramos sacar adelante en compañía de algunos buenos amigos y algunas personas con intereses personales que al final se traducen en alegría y mucho amor en el compartir de corazón.
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